Y hay que seguir trabajando.
Y hay que seguir trabajando.
noah cuadrado.
31/10/2024
Desde que tengo uso de razón, siempre he visto a mi madre trabajar. Teniendo que irse de casa, teniendo que buscar a alguien que me acompañáse al colegio… Buscando soluciones al problema de tener que irse 8 horas al día.
Con el tiempo aprendí que a mi madre la obligaron a trabajar a los catorce años, teniendo que dejar de estudiar, para ayudar con el negocio familiar, y desde entonces nunca dejó de hacerlo.
Toda una vida llena de oportunidades truncada por un hombre que decidió que eso era lo que ella tenía que hacer, a día de hoy sería impensable. Nuestros sueños se han revalorizado. Pero hay que seguir trabajando.
Alguien tendrá que limpiar las calles, poner copas en el bar, dar clase, traerte la compra del Mercadona, desarrollar la web que utilizas.
¿Y cuál es tu sueño?
¿Hemos dejado de ser en algún momento fuerza de producción?
Y además, ¿quién se enriquece a tu costa?
En los últimos años hemos ganado muchas cosas, pero a la vez se nos han ido olvidando tantas otras, que ya no sabemos quiénes somos. Nadie ha sabido parar la maquinaria de mentiras y falacias que mueve el mundo; de hecho, la hemos normalizado como un objeto político más de nuestras vidas, de nuestra rutina, teniendo que hacer el esfuerzo intelectual de diferenciar entre propaganda y noticia, leyendo entre líneas los titulares, obviando el cuerpo de la verdad.
Y cuando oigo a alguien decir 'no me interesa', 'no me importa'. No me enfada, pero me da corahe. Porque empatizo con el cansancio que conlleva ver que todo es nada. Que la verdad no existe; todo son puntos de vista. Y el que está en todas partes es el de unos pocos.
El punto de vista de la mayoría es un punto ciego, que pocos ven y que siempre callan.